Sanar es un proceso esencial en la construcción de nuestro ser. Está codificado como una habilidad primordial de la vida. Sanar es adaptarse, sanar es avanzar. Dicho de una manera más profunda:
SANAR ES EVOLUCIONAR
Hoy, cuando la vida se encuentra hiperrevolucionada, vemos expresiones de todo tipo. La segregación ideológica y política crece, las fronteras sociales y políticas se alzan, y una creciente sensación de inseguridad e incertidumbre nos invade. El planeta grita, las economías colapsan y resurgen en un abrir y cerrar de ojos. La inteligencia artificial avanza vertiginosamente y las herramientas tecnológicas nos inundan de dopamina. Todo esto me lleva a una constante reflexión, una que mis padres y abuelos también vivieron: ¿Qué vamos a hacer ahora? La situación actual es un resultado de nuestras acciones colectivas. Nos hemos arrastrado, como humanidad, hacia este lugar, y la inercia de estos movimientos nos está llevando a niveles de oscuridad que nunca antes habíamos experimentado.
Al analizar la humanidad como un gran árbol de conciencia, es evidente que aquí hay mucho por hacer, mucho por sanar porque a lo largo de los años, NOS HEMOS HECHO MUCHO DAÑO.
Las constelaciones familiares nos enseñan que la inteligencia del sistema se encuentra en la parte oscura (el inconsciente) del tejido colectivo. Nos estamos asomando al abismo de nuestras heridas, tanto individuales como colectivas, y es fundamental entender de una vez por toda que REPETIMOS PATRONES DE FORMA INCONSCIENTE PARA PODER VERLOS, Y al hacerlo, liberarnos de ellos. La meta de la inteligencia del sistema es depurar lo que no funciona con una única misión: EVOLUCIONAR. Solo una mente aguda y unas emociones claras pueden comprender esto sin resistencia y, más importante aún, HACER ALGO AL RESPECTO.
Mucho se ha hablado de la tan esperada Era de Acuario, que promete un movimiento mayor hacia el progreso humanista, una sociedad más horizontal, con mayores oportunidades para que el individuo disfrute de su libertad. Sin embargo, este cambio no será inmediato. Como todo alumbramiento, vendrá acompañado de desafíos que pondrán a prueba nuestros caminos y voluntades. Vivimos una vida contradictoria: por un lado, sabemos que solo el esfuerzo constante nos llevará a los resultados soñados; pero, por otro lado, aprendemos que los obstáculos son señales claras de que “por ahí no es el camino”. Nos encontramos atrapados en una paradoja, sin saber si aferrarnos a nuestros ideales o cambiar de rumbo para no perecer en el intento.
Hay una razón para vivir de esta forma, esta misma paradoja está inscrita en la construcción de la vida: no hay tierra fértil sin herbívoros, pero sin depredadores, los herbívoros crecerían en exceso hasta agotar la tierra. Parece que el sistema en el que vivimos está diseñado para autolimitarse o autodepredarse, la respuesta a la pregunta ¿con qué fin? es la que nos trae LUZ al pensamiento:
ESTO PASA PARA MANTENER EL EQUILIBRIO
SANAR CONSCIENTEMENTE ES DE VALIENTES
Si bien, como lo dije al inicio de esta entrada, Sanar es un habilidad que está codificada dentro de nuestro ser y funciona como parte del nuestro sistema autónomo. Hay otro tipo de sanación, aquella en donde por alguna razón te das cuenta de que hay algo que necesita ser reparado y que además sin el acto voluntarioso de repararlo se quedará de esa manera haciendo que el problema o la complicación que genera vaya creciendo con el tiempo. Sanar conscientemente implica adentrarse en aquellos lugares que preferimos mantener en la oscuridad, darnos cuenta de todo lo que existe en esos rincones que preferimos no mirar es un acto casi heroico ya que implica sentir nuestra vulnerabilidad, aceptar nuestras mentiras y reconocer el ¿por qué? esos detalles han permanecido tanto tiempo en un lugar que es difícil de ver.
Ahora es el momento. Hoy más que nunca, necesitamos sanar para evolucionar. La respuesta no está en resistirnos al cambio, sino en abrazarlo con valentía. El equilibrio que tanto anhelamos empieza dentro de cada uno de nosotros. Cada acción consciente, cada pensamiento claro y cada emoción sanada contribuye a la construcción de la realidad que todos sabemos QUE MERECEMOS. No podemos seguir esperando a que el mundo cambie por sí solo. Es el momento de tomar las riendas de nuestro destino y sanar en el camino. Porque solo cuando sanamos como individuos, podemos transformar el tejido colectivo y, con ello, el destino de la humanidad.
La evolución siempre comienza comienza HOY y TÚ siempre serás la clave. ¿Estás listo para sanar?
Padre hijo espíritu santo. Pido perdón y me perdono por la parte de mi, que ha creado este conflicto y por mis pensamientos erróneos que no me permiten ver la perfección en todo y la perfección en mi. Lo siento, perdóname, te amo gracias. Con Gratitud Javier E Matias